La postura ideal

José F. Fernández Godoy

La postura de la parturienta ejerce gran influencia en la evolución del parto.

La mejor postura, la postura ideal, es aquella a través de la cual el parto se desarrolla de la mejor manera posible.

Postura en cuclillas

En el estudio biomecánico de la postura en cuclillas quedó plenamente demostrado que es la que mejor facilita la salida del feto.

¿Se podría, pues, considerar a la postura en cuclillas como la postura ideal?

Antes de contestar conviene matizar que lo ideal (lo sublime, lo correcto, lo perfecto,…) es efímero. Lo ideal no resiste al paso del tiempo. Lo considerado en una época perfecto deja en épocas posteriores de serlo. El progreso va mejorando las cosas y adaptándolas a las nuevas situaciones….

La postura en cuclillas fue, en un principio, la postura ideal. Fue producto directo de la sabia naturaleza. A la mujer primitiva las “ganas de empujar” en el parto desencadenaban el reflejo de agacharse para expulsar el feto. Y, se agachaba sin más, por puro impulso.

Pero, en el transcurrir de los tiempos, el ser humano fue tomando conciencia de la dificultad del parto de su especie. El parto requería ayuda. Y, la postura en cuclillas dificultaba la prestación de la ayuda necesitada.

Infinidad de posturas

Durante siglos, se buscó la posición que facilitara el desarrollo del parto y, a su vez, permitiera la ayuda requerida.

La búsqueda fue dejando tras de sí un reguero de posturas. BUMM, a finales del siglo XIX, escribía: “todas las posturas que se vienen utilizando en los últimos siglos obedecen a costumbres o modas empíricas, tendida, sentada, de rodillas, con las piernas colgantes, con la pelvis elevada y hasta con el cuerpo suspendido.”

El florecimiento de la obstetricia (siglo XVI) y el consiguiente desarrollo de las técnicas obstétricas motivó el paso de “ayudar en el parto” a “intervenir en el parto”. Y, la acción de intervenir fue condicionando la postura de la parturienta.

Y, finalmente, en el siglo que hemos dejado atrás, con la institucionalización del parto hospitalario, se perfiló la postura horizontal en una mesa de parto.

Postura horizontal

En el parto hospitalario la parturienta es tendida en una mesa de parto con perneras para sostener las piernas. La postura tiene la misión fundamental de presentar un primer plano de la zona de salida del feto (figura 1).

 2-_Mesa

Fig. 1

Además, interesa destacar que, con el fin de ampliar aún más el campo de maniobrabilidad y evitar el estorbo del borde anterior de la mesa (en rojo), el profesional suele desplazar hacia adelante a la parturienta, quedando esta en una molesta postura (figura 2).

 3-Mesa

Fig. 2 

 

Aparte de esta incomodidad, la postura horizontal presenta los problemas propios de dicha postura.

Se trata, pues, de una postura al exclusivo servicio de la intervención obstétrica.

La polémica

Los partidarios del parto natural se manifiestan en contra de la postura horizontal y del sistema asistencial que lleva consigo, culpabilizándola del aumento de la intervención obstétrica y del escaso protagonismo de la mujer. Y, como reacción a la postura horizontal, proponen el llamado "parto vertical".

La obstetricia, por su parte, tilda  a estos grupos de no valorar en su justa medida la complejidad y el riesgo del parto humano. Y, se reafirma en la asistencia hospitalaria con la parturienta tendida en una mesa de parto como el único modo de garantizar la seguridad de madre e hijo.

Y, como suele suceder en las polémicas, cada parte tiene su dosis de razón.

Se impone, pues, un acercamiento de posiciones. Y, este es el objetivo del presente análisis.

Estudio de la postura ideal

 

 

 

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