Postura horizontal

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Fig. 6

Ante la imagen de la figura 6, parturienta tendida en una mesa de parto clásica, debo, como premisa previa, considerar:

a) La persistencia en esta postura de la curvatura lumbar y, por tanto, la invasión del promontorio (Pr.) en el canal del parto.

b) Que el cuerpo uterino (parte superior del útero) se puede mover libremente (ninguna fijación lo impide) en la cavidad abdominal.

1. Fuerzas intervinientes

La gran protagonista de esta postura es (como en la postura en cuclillas) la fuerza de la gravitación terrestre: el peso (P) del útero y su contenido (feto, líquido amniótico y placenta) ejerce una fuerza hacia abajo.

2. Efecto sobre la biomecánica del parto

a) Sobre diafragma (figura 6). Al presionar el útero sobre el diafragma, se dificulta la inspiración profunda necesaria en el funcionalismo de la prensa abdominal. Ver video Fuerza de empuje.

b) Sobre los ejes (figura 7)

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Fig. 7

Al descender la parte superior (en la imagen, posterior) del útero se origina una rotación del eje uterino (E.F.), aumentando su divergencia con el eje del canal del parto (E.C.). Y, consecuentemente, aumenta el obstáculo del pubis (Pu).

3. Comentario

De lo anteriormente expuesto se desprende que la fuerza de la gravedad, tan favorecedora de la biomecánica del parto en la postura en cuclillas, en la horizontal ejerce un efecto absolutamente nocivo.

Debo una vez más (lo he hecho en distintos artículos de esta web) significar la influencia de la postura horizontal en el alto índice de intervención en el parto de la obstetricia de hoy.

Postura incorporada

 

 

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