El recién nacido humano carece de recursos de supervivencia, es un ser inmaduro, inacabado, que si lo comparamos con otros animales -desde su nacimiento facultados para moverse y por sí solos buscar el alimento- da la impresión de que ha nacido antes de tiempo.

El parto no finaliza con el corte del cordón umbilical. El hijo continúa unido primero a la madre y después también al padre por unos fuertes lazos de dependencia y afectividad.

Si, en su momento dije que el proceso físico del parto era la historia de un movimiento, ahora es necesario afirmar que la maternidad es la historia de una separación. El hijo y la madre forman al principio una diada que muy pronto, con la incorporación del padre, se convierte en una tríada. Y ambos, madre y padre, irán, poco a poco, impulsando al hijo a un mundo diferente.  

 La preparación al parto tiene la importante misión de orientar a los nuevos padres sobre el modo de encauzar esta fase tan trascendente de las relaciones con el hijo.

Me es muy grato mostrar mi reconocimiento y admiración a la ingente labor que, sobre esta transcendente faceta de la preparación al parto, desarrolla en España el colectivo de matronas/nos. Y pongo a su disposición la plataforma de esta página para ampliar su campo de acción.

De la que he dado en llamar "historia de una separación", expongo en esta sección dos episodios clave:

  • En el cuento "Apareciste tú”, se relata la aparición de la madre en la vida del hijo.
  • En el cuento "El parto" se describe los emocionantes momentos del inicio de la etapa escolar.

Ambos temas han sido extraídos de mi libro "Autobiografía de un nacimiento".

 

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