Protección del periné

Salvar el obstáculo del periné ha sido siempre, desde los legendarios tiempos del arte de partear, una preocupación del profesional del parto.

Así, en el occidente cristiano medieval, las parteras recomendaban a las gestantes baños de asiento con camomila, y, llegada la hora del parto, untaban los genitales de las parturientas con grasa de pato, las sentaban en un caldero caliente,...

En la actualidad se sigue buscando (desde tendencias naturalistas) medios naturales (masajes perineales, aplicación de compresas calientes,…) que aumenten la elasticidad del periné.

Pero, ante la envergadura del obstáculo, estas medidas suelen resultar insuficientes.

Protección manual del periné

Ha sido cuestionada –y, desde reducidos sectores, se sigue cuestionando – la conveniencia de la protección manual del periné. Pero, en el parto hospitalario de hoy, se ha asumido la protección manual del periné como práctica de obligado cumplimiento.

¿En qué consiste?

La técnica (figura 4) consiste en: a) presionar con una mano (MI) la cabeza del feto (F) y b) presionar con la otra mano (MD) la zona del periné.

 

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Fig. 4

a) La presión de la mano izquierda crea una fuerza opuesta a la fuerza de empuje encaminada a enlentecer la salida de la cabeza del feto, evitándose (en lo posible) el desgarro perineal.

b) La presión de la mano derecha (MD) crea una fuerza con doble misión: por un lado, evitar en lo posible el desgarro del periné y, por otro, dirigir el occipital del feto hacia la vulva.

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Fig. 5

En la figura 5 (salida del feto desde una perspectiva lateral) se analiza la interrelación entre la fuerza de empuje (FE) y la fuerza de la mano derecha (FM) en sentido contrario. La fuerza resultante (FS) determina la salida de la cabeza del feto.

 

En la animación, figura 6, se observa la interrelación de las fuerzas y el movimiento.

 

Para detener la animación colocar la flecha del ratón en la imagen.

¿Cómo puede colaborar la parturienta?

Conviene recordar que la fuerza de empuje (FE), proveniente de la prensa abdominal, es consecuencia de una inspiración profunda y retención del aire inspirado (ver Ejercicio de la expulsión).

Cuando se está realizando la protección manual del periné interesa que la cabeza del feto no salga bruscamente. Y, en tal sentido, el profesional indica en esos momentos a la parturienta que: ¡no empuje!

Pero, el impulso de empujar es tan fuerte que la indicación no es tenida en cuenta y la parturienta sigue empujando.

El problema se soluciona a través de la técnica de

La respiración jadeante:

Se trata de una respiración especial (ver el video “respiración jadeante”, pendiente) que bloquea la mecánica de empujar (inspiración profunda y retención del aire inspirado).

En los cursos de preparación al parto se debe enseñar a la embarazada la técnica de la respiración jadeante y a utilizarla en el momento que en el paritorio escuche la indicación ¡no empuje!

La episiotomía

 

 

 

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