La dilatación del cuello está provocada por el descenso de la cabeza del feto que actúa, a modo de cuña, sobre el mencionado cuello (ver La dilatación). Por tanto, la dilatación se encuentre influenciada por la facilidad del feto para moverse en el conducto de paso.

a) Posición supina (horizontal y el vientre hacia arriba)

 

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Fig. 1

En la posición de tendida (fig. 1), el considerable peso (Peso) del feto y el útero origina un aumento de la divergencia entre el eje longitudinal el útero (E. Útero) y el eje longitudinal del canal del parto (E. Canal). Así pues, la postura horizontal dificulta el deslizamiento de la cabeza del feto en el conducto, se interfiere El reflejo de Férguson y, por tanto, se dificulta el proceso de dilatación.

La postura horizontal es, sin duda alguna, la más desfavorable.

 

b) Posición de pie (fig. 2)


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 Fig. 2

 

En la postura de pie la fuerza de la gravedad provoca un desplazamiento del fondo uterino hacia delante, de tal manera, que el eje longitudinal del útero (E.U.) disminuye el ángulo de divergencia con al eje longitudinal del canal del parto (E.C). Es decir, el feto adquiere una disposición más favorable para el deslizamiento por el canal del parto. Se facilita el reflejo de FérgusonSe trata, pues, de una postura favorable al proceso de la dilatación.

Los únicos inconvenientes son: el cansancio e incomodidad de la parturienta y las razones médicas que desaconsejen esta postura.

¿Cuándo y de qué forma debe adoptar la parturienta la posición de pie?

En la primera fase del parto, cuando la mujer se encuentra todavía en su propio domicilio y las contracciones son de escasa intensidad, debe prevalecer la postura vertical, deambulando. Además de la alineación favorable del eje uterino, el movimiento de la parturienta ayuda a la adecuada adaptación de la cabeza del feto al canal pélvico. Los clásicos paseos que siempre se han aconsejado a las parturientas en el comienzo del parto (periodo prodrómico) están, pues, plenamente justificados.

c) Posición de sentada

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Fig. 3

 


En la postura sentada en una silla con el respaldo recto (fig. 3), el útero sigue estando en posición vertical y la relación entre el eje longitudinal uterino (E.U.) y el eje longitudinal del canal del parto (E.C.) sigue siendo la misma que en la posición de pie.

La postura sentada carece de los inconvenientes de la posición de pie.

Se trata de una postura favorable al proceso de dilatación que debe ser adoptada en un tramo largo del parto.

d) Postura sentada con flexión lumbar (fig. 4)

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Fig. 4

En esta postura el desplazamiento del fondo uterino hacia delante es más acentuado que en la postura del apartado anterior y, por tanto, el ángulo entre el eje longitudinal del útero (E.U.) y el eje longitudinal del canal del parto (E.C.) es menor.

Se trata, pues, de la postura más favorable al proceso de la dilatación.

El principal inconveniente es la incomodidad de la parturienta.

Para evitar este inconveniente es recomendable que la parturienta sólo incline el tronco hacia delante durante la contracción, tras la cual, llevará de nuevo su espalda al respaldo de la silla. Es también aconsejable comenzar a adoptar esta postura a partir de los dos centímetros de dilatación.

 

Postura durante la Expulsión

 

 

 

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