Postura en la epidural

1. Postura horizontal

La postura horizontal (fig. 2) (ver postura en la dilatación) ejerce los siguientes efectos:

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Fig. 2

a) Sobre el reflejo de Ferguson

En la posición de tendida, el considerable peso (Peso) del útero y su contenido origina un aumento de la divergencia entre el eje longitudinal del útero (E. Utero) y el eje longitudinal del canal del parto (E. Canal), y, consiguientemente, una disminución de la presión de la cabeza del feto sobre la zona distendida (coloreada en rojo). Se dificulta el reflejo de Ferguson (disminuye el flujo de oxitocina).

b) Sobre el tono muscular

En la posición horizontal, la relajación producida por efecto de la epidural aumenta aún más la divergencia entre los ejes.

Así pues, la epidural potencia los efectos negativos que la posición horizontal ejerce sobre la biomecánica de la dilatación.

2. Postura vertical, deambulando (fig. 3).

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Fig. 3

Es la postura ideal (ver postura de la parturienta).

Los efectos de relajación de la epidural sobre la zona coloreada facilitan, en la postura vertical, el descenso del feto y la distensión de dicha zona, acelerando la biomecánica de la dilatación.

Los inconvenientes se derivan de las dificultades técnicas: empleo del sistema de bolos (encarece el método), determinación de dosis y anestésico adecuado,… Es muy importante que esta metódica sea sometida a investigación.

3. Postura sentada

En la posición de sentada (fig. 4) disminuye el ángulo entre el eje del útero (U) y el eje del estrecho superior (ES), facilitándose la biomecánica de la dilatación (ver postura de la parturienta).

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Fig. 4

No existe inconveniente alguno en aplicar la epidural en la posición de sentada. Actualmente, es la postura que debe prevalecer.

B. Influencia de la epidural en la biomecánica de la expulsión

La expulsión está regida por la fuerza procedente de la prensa abdominal.

Cuando la cabeza del feto llega al último tramo del canal del parto se desencadena el reflejo de “ganas de empujar”, generándose la principal fuerza expulsiva: la procedente de la prensa abdominal.

La epidural bloquea las "ganas de empujar"

La epidural bloquea el reflejo desencadenante de las “ganas de empujar”, desapareciendo la fuerza de la prensa abdominal. Y, el tocólogo se ve obligado a sustituir una fuerza biológica, de expulsión, por la fuerza artificial, proveniente de un instrumento (ventosa, espátula, fórceps,...), de extracción.

Instruir a la parturienta

Con el fin de evitar, o al menos disminuir, la instrumentación obstétrica, la parturienta debe de aprender a empujar a pesar de la ausencia del reflejo de los "pujos". El entrenamiento de la expulsión debe constituir un objetivo básico en los cursos de preparación al parto.

Utilización de las extremidades

En el mencionado entrenamiento se debe enseñar a la parturienta a utilizar, en el acto de empujar, sus extremidades. Y, para utilizar correctamente las extremidades es necesario:

a) Administrar una dosis mínima eficaz para que el anestésico no afecte a las piernas.

b) Disponer de una mesa de parto adecuada, en la que los puntos de agarre de las manos y de apoyo de los pies estén convenientemente ubicados.

C. Conclusiones

1ª El dolor del parto es un proceso morboso que hay obligación ineludible de combatir.

2ª La epidural influye en la biomecánica de la dilatación:

a) Por interferir el reflejo de Ferguson.

b) Por la posición horizontal de la parturienta.

3ª La epidural influye en la biomecánica de la expulsión por bloquear el reflejo de "las ganas de empujar".

4ª La parturienta sometida a la analgesia epidural debe evitar la postura horizontal.

5ª La parturienta debe ser instruida para la utilización adecuada de los elementos de la prensa abdominal.

6ª El tratamiento del dolor del parto es una asignatura pendiente en la que estamos inmersos los profesionales del parto, los anestesistas, y la sociedad en general. Y, hay mucho que investigar y mejorar.

 

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